British Airways reducirá dos frecuencias entre Buenos Aires y Londres
British Airways (BA) prevé reducir a partir del 31 de marzo de 2015 la operación de dos vuelos directos entre Buenos Aires y Londres, pasando de esta manera de 7 a 5 operaciones semanales con aviones Boeing 777-200, por lo cual no habrá baja en la cantidad de asientos.
De acuerdo a un comunicado de la aerolínea inglesa, «La decisión de reducir la frecuencia de servicio desde y hacia Buenos Aires a partir del próximo verano [de Inglaterra] se basa estrictamente en la demanda comercial.”
De acuerdo a la nota publicada por LA NACION, la compañía no brindó razones detalladas que expliquen los cambios, la primera mitad del año fue negativa para el turismo emisivo. En diciembre de 2013 la AFIP aplicó una percepción del 35% para pasajes al exterior y a fines de enero el Gobierno devaluó 20%, ambos factores contribuyeron a una baja en la venta de vuelos de entre 40% y 50%, de acuerdo con un sondeo que realizó este medio con empresas del sector.
La medida cuenta con antecedentes cercanos en otras líneas internacionales. El 28 de marzo pasado South African Airways canceló su vuelo directo a Johannesburgo (Sudáfrica) al acusar recibo de problemas económicos y bajo caudal de pasajeros.
El 29 de septiembre de 2013, United Aires dejó de operar su frecuencia directa a Nueva York (Estados Unidos) debido a que no lograba reunir «suficiente demanda» para sostener el servicio sin escalas.
Por último, el 18 de marzo de 2012 la australiana Qantas suspendió sus rutas desde y hacia Auckland (Nueva Zelanda) o Sydney (Australia) para concentrar sus operaciones en Chile. En este caso, la razón fue un acuerdo comercial con LAN.
La última semana ha sido agitada en materia aerocomercial. Desde el miércoles pasado, American Airlines anunció que restringía a 90 días la venta de pasajes para vuelos desde Buenos Aires debido a inconvenientes de sobre-demanda generada a partir del mercado paralelo de cambios.
Sin embargo, la decisión de British es por razones diferentes a la de American. Para este último caso, la ampliación de la brecha cambiaria había generado, por un lado, un flujo extraordinario de demanda local que recortaba las posibilidades de venta en el exterior. Por otro, las expectativas de depreciación del peso y potenciales problemas para acceder a la compra de dólares.