Fund. Sabores Dominicanos presenta la Comunidad Slow Food-FSD y firman Convenio Marco de Cooperación
Con motivo del Día Nacional de la Cocina y la Gastronomía Dominicana, que se celebra anualmente el segundo domingo del mes de diciembre, la Fundación Sabores Dominicanos (FSD) realizó un encuentro en sus instalaciones, en el ques se aprovechó para presentar la Comunidad Slow Food-FSD, y anunciar la firma del Convenio Marco de Cooperación entre ambas entidades coincidiendo con la celebración de los 30 años del Manifiesto que da nacimiento al movimiento internacional Slow Food.
En comunicado de prensa se explica que mediante este convenio se acuerda la Declaración de Compromiso, a fin de que FSD se convierta en embajador y portador de los valores que encarna y promueve el movimiento Slow Food; se adopte y apoye un sistema alimentario en armonía con la dignidad humana, la justicia social y el respeto por el medio ambiente y todos los seres vivos; y de que FSD se adhiera a los principios que contiene la Declaración de Chengdu, China (VII Congreso Internacional de Slow Food, 2017), que FSD ha de seguir con acciones individuales y colectivas.
Y es así como con la firma de sus 32 miembros quedará fundada la Comunidad Slow Food-FSD en Dominicana, tomando en cuenta que FSD desarrolla una serie de iniciativas que coinciden con los de Slow Food.
Slow Food es una red internacional por membresía originada en el año 1989 en la Ópera Comique de París, a través de la declaración y firma del Manifiesto, documento fundacional de la Asociación que al cumplir 30 años reafirma la importancia de continuar trabajando por el futuro de la alimentación y del planeta, bajo el lema “nuestra comida, nuestro planeta, nuestro futuro”. Slow Food fue fundada como un baluarte del derecho al placer y del valor cultural de las cocinas locales, en contraste con la fast life (la vida acelerada).
Se han abrazado incontables iniciativas alimentarias que recaudan fondos para los numerosos proyectos de biodiversidad que la Asociación ha impulsado. Se ha convertido en uno de los principales actores internacionales comprometidos a evitar la extinción de miles de especies animales y vegetales y en el único que desempeña este cometido centrando su discurso y sus acciones en torno a los alimentos.
Actualmente es una red mundial de más de un millón de activistas y simpatizantes, incluidos agricultores, ganaderos, pescadores, cocineros, artesanos alimentarios, educadores y ciudadanos trabajan para garantizar el principio consagrado en la declaración: el derecho a una comida buena, limpia y justa para todos.
Sus objetivos claves se orientan a mitigar el colapso progresivo de los ecosistemas y la crisis climática. Muchos proyectos aún no se han desarrollado, muchos productores capaces de impulsar el cambio necesitan ayuda y están pidiendo las herramientas para desarrollar el “pensamiento Slow Food” y así poder mirar hacia el futuro con esperanza.